martes, 3 de marzo de 2015

Evangelio Comentado, He aquí que vamos a subir a Jerusalén.(Mateo 20,17-28)

Cuando Jesús se dispuso a subir a Jerusalén, llevó consigo sólo a los Doce, y en el camino les dijo: 
"Ahora subimos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Ellos lo condenarán a muerte 
y lo entregarán a los paganos para que sea maltratado, azotado y crucificado, pero al tercer día resucitará". 
Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo. 
"¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda". 
"No saben lo que piden", respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". "Podemos", le respondieron. 
"Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre". 
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. 
Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. 
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; 
y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: 
como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud". 


COMENTARIO

  “Es en vano que madruguéis...” (cf sal 126,2) ¿Qué quiere decir? ... Cristo, nuestro Día, ha amanecido. Es bueno levantarse después de Cristo y no antes. ¿Quiénes son los que se levantan antes de Cristo?... Aquellos que quieren ser ensalzados en este mundo donde él fue humilde. Que sean humildes en este mundo si quieren ser ensalzados donde Cristo fue ensalzado. En efecto, Cristo dijo de los que se adherían a la fe en él: “Padre, quiero que los que me has dado estén donde yo estoy.” (cf Jn 17,25) Un don magnífico, una gracia grande, una promesa gloriosa... ¿Queréis estar donde está él? Sed humildes donde él fue humilde.

    “El discípulo no es más que el maestro.” (Mt 10,24) ... Y no obstante, los hijos   de Zebedeo, antes de haber sufrido la humillación, en conformidad con la pasión del Señor, ya se habían escogido sus puestos, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Querían levantarse “antes de la aurora”. Por esto caminaban en vano. El Señor les recordó la humildad preguntándoles: ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber? Seguidme, dijo, por el camino que voy yo. Porque si queréis llegar por un camino diferente, caminaréis en vano.

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