jueves, 4 de junio de 2015

Oración de David (1 Crónicas 29,10-20)




10 Entonces David bendijo así al Señor en presencia de toda la asamblea:
«¡Bendito seas, Señor,
    Dios de nuestro padre Israel,
    desde siempre y para siempre!
11 
Tuyos son, Señor,

    la grandeza y el poder,
    la gloria, la victoria y la majestad.
Tuyo es todo cuanto hay
    en el cielo y en la tierra.
Tuyo también es el reino,
    y tú estás por encima de todo.
12 
De ti proceden la riqueza y el honor;

    tú lo gobiernas todo.
En tus manos están la fuerza y el poder,
    y eres tú quien engrandece y fortalece a todos.
13 
Por eso, Dios nuestro, te damos gracias,

    y a tu glorioso nombre tributamos alabanzas.
14 »Pero, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos darte estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido. 15 Ante ti, somos extranjeros y peregrinos, como lo fueron nuestros antepasados. Nuestros días sobre la tierra son sólo una sombra sin esperanza. 16 Señor y Dios nuestro, de ti procede todo cuanto hemos conseguido para construir un templo a tu santo nombre. ¡Todo es tuyo!17 Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas.18 Señor, Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac e Israel, conserva por siempre estos pensamientos en el corazón de tu pueblo, y dirige su corazón hacia ti. 19 Dale también a mi hijo Salomón un corazón íntegro, para que obedezca y ponga en práctica tus mandamientos, preceptos y leyes. Permítele construir el templo para el cual he hecho esta provisión.»
20 Luego David animó a toda la asamblea: «¡Alaben al Señor su Dios!» Entonces toda la asamblea alabó al Señor, Dios de sus antepasados, y se inclinó ante elSeñor y ante el rey.




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