miércoles, 1 de abril de 2015

Salmo 69(68),8-10.21-22.31.33-34.

Por ti he soportado afrentas 
y la vergüenza cubrió mi rostro;
me convertí en un extraño para mis hermanos, 
fui un extranjero para los hijos de mi madre:
porque el celo de tu Casa me devora, 
y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian.

La vergüenza me destroza el corazón, 
y no tengo remedio. 
Espero compasión y no la encuentro, 
en vano busco un consuelo: 
pusieron veneno en mi comida, 
y cuando tuve sed me dieron vinagre.

Así alabaré con cantos el nombre de Dios, 
y proclamaré su grandeza dando gracias;
que lo vean los humildes y se alegren, 
que vivan los que buscan al Señor:
porque el Señor escucha a los pobres 
y no desprecia a sus cautivos.


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