Autor: Manuel Tapia
De alguna manera hemos sido enseñados que hay pecados mas graves que otros, sin que esto tenga que ver con alguna descripción Bíblica, así asumimos que es peor ser “adultero” a ser “mentiroso”, o es peor ser “asesino” a ser “adultero”, de tal manera que incluso la disciplina que algunas Iglesias acostumbran son hacia los pecados “mas graves” a criterio de alguien o de algunos, lo curioso es que hay un pecado que para muchos es un “pecadillo” o un “pecadito” o un “pecado sin importancia” que esta lacerando a las Iglesias y me refiero al Chisme, al Rumor, a la Mentira, que muchos “hijos de Dios” practican con frecuencia al grado que ha dejado de ser una carga en sus corazones.
Satanás utiliza con extrema eficacia el rumor, el chisme y la mentira para devastar Iglesias, muchos Pastores han sido calumniados y retirados del ministerio a causa de la mentira. También hombres y mujeres de buen testimonio han visto su vida cristiana dañada a causa de esto mismo. Hay familias dividas y divorcios causados por el mismo mal y cristianos inmaduros que tropiezan a causa de esto.
En Éxodo 23:1-2 leemos “No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso. No seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios”, sin embargo la triste realidad es que muchas veces emitimos juicios partiendo de algo que nos dijeron acerca de tal o cual hermano sin que eso nos llegue a constar nunca, aceptamos con mucha facilidad los “dimes y diretes” respecto de alguien. “Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.” (Santiago 3:5-9).
Cuando a nivel personal, familiar o congregacional (Iglesia) se presentan situaciones en las que se da oídos al rumor y al chisme, es porque existen celos y envidias en el corazón de algunos según lo aclara la Escritura “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.” (Santiago 3:14-16). Así muchos hermanos y hermanas en la fe han sido lastimados en lo más profundo de su corazón debido a que los miembros de la Iglesia no son maduros espiritualmente para no dar cabida al chisme y la mentira permitiendo que Satanás cumpla su propósito.
Hagamos de la plegaria del salmista nuestra plegaria quien clamaba “Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, Y de la lengua fraudulenta. ¿Qué te dará, o qué te aprovechará, Oh lengua engañosa?” (Salmo 120:1-2).
Cuando la mentira es una práctica común, llega a cauterizar la conciencia al grado que la persona que la practica no reconoce que está actuando mal delante de Dios. Lo más lamentable es que tú y yo podemos ser de este tipo de persona y no lo hemos notado.
Cuando sepas algo de alguno de tus hermanos(as) en la fe, no lo aceptes si no te consta, y si tienes dudas, pregúntaselo directamente; no seas parte de la cadena de mentiras de Satanás, libérate de ese yugo y pide en oración sabiduría para poder de la manera más correcta.
Siempre que esté en juego la reputación y el testimonio de un hijo o hija de Dios, no participes en la construcción de la mentira que lo destruya y trátalo de manera directa con la parte afectada, por el bien de todos.
“El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo; Mas el hombre prudente calla. El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda todo.” (Proverbios 11:12-13)
“Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.” (Romanos 12:10)
Satanás utiliza con extrema eficacia el rumor, el chisme y la mentira para devastar Iglesias, muchos Pastores han sido calumniados y retirados del ministerio a causa de la mentira. También hombres y mujeres de buen testimonio han visto su vida cristiana dañada a causa de esto mismo. Hay familias dividas y divorcios causados por el mismo mal y cristianos inmaduros que tropiezan a causa de esto.
En Éxodo 23:1-2 leemos “No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso. No seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios”, sin embargo la triste realidad es que muchas veces emitimos juicios partiendo de algo que nos dijeron acerca de tal o cual hermano sin que eso nos llegue a constar nunca, aceptamos con mucha facilidad los “dimes y diretes” respecto de alguien. “Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.” (Santiago 3:5-9).
Cuando a nivel personal, familiar o congregacional (Iglesia) se presentan situaciones en las que se da oídos al rumor y al chisme, es porque existen celos y envidias en el corazón de algunos según lo aclara la Escritura “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.” (Santiago 3:14-16). Así muchos hermanos y hermanas en la fe han sido lastimados en lo más profundo de su corazón debido a que los miembros de la Iglesia no son maduros espiritualmente para no dar cabida al chisme y la mentira permitiendo que Satanás cumpla su propósito.
Hagamos de la plegaria del salmista nuestra plegaria quien clamaba “Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, Y de la lengua fraudulenta. ¿Qué te dará, o qué te aprovechará, Oh lengua engañosa?” (Salmo 120:1-2).
Cuando la mentira es una práctica común, llega a cauterizar la conciencia al grado que la persona que la practica no reconoce que está actuando mal delante de Dios. Lo más lamentable es que tú y yo podemos ser de este tipo de persona y no lo hemos notado.
Cuando sepas algo de alguno de tus hermanos(as) en la fe, no lo aceptes si no te consta, y si tienes dudas, pregúntaselo directamente; no seas parte de la cadena de mentiras de Satanás, libérate de ese yugo y pide en oración sabiduría para poder de la manera más correcta.
Siempre que esté en juego la reputación y el testimonio de un hijo o hija de Dios, no participes en la construcción de la mentira que lo destruya y trátalo de manera directa con la parte afectada, por el bien de todos.
“El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo; Mas el hombre prudente calla. El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda todo.” (Proverbios 11:12-13)
“Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.” (Romanos 12:10)
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